En este momento de inseguridad que nos toca vivir a todos necesitamos que la empresa en la que trabajamos haga todo lo necesario para que sus trabajadores se sientan más a gusto y felices.
En este sentido, Recursos Humanos podría ser el departamento que conectase a la plantilla con los directivos funcionando, de este modo, como vehículo para consolidar entre ambos unas buenas relaciones en el futuro.
Podría serlo, pero por lo general, esto no sucede así.
El departamento de Recursos Humanos conoce a la gente, o por lo menos debería poder hacerlo si escuchase y anotase sus deseos, quejas, ideas y proposiciones. Pero no basta con escuchar y charlar únicamente. Para ello, necesitará emplear métodos sistemáticos de registro y medición, cuyos datos serán, por supuesto, individuales.
Pensadlo. A los directivos no les interesan las circunstancias personales de cada uno de sus empleados. Para ellos, únicamente son relevantes los datos globales, que les ayuden en su toma de decisiones. Estaríamos hablando de meros datos estratégicos.
Para que se lleve a cabo una mejora estructural de las relaciones, el departamento de Recursos Humanos deberá dejar de funcionar como una simple herramienta de contratación y gestión interna del personal, y empezar a pensar de manera estratégica para que la empresa pueda beneficiarse de los talentos individuales de cada trabajador. Esto hará que la plantilla se sienta valorada, condición esencial e imprescindible para mejorar su bienestar y generar un buen ambiente de trabajo.
Como ya apunte con anterioridad, Recursos Humanos necesitará métodos científicos de análisis. Los resultados deberán reflejarse en un informe individual que ayude al departamento y también a los jefes a hacer crecer a sus empleados dentro de la empresa.
Pero necesitan también que los directivos den el visto bueno, ya que no podrán hacer nada sin la aprobación de la Junta Directiva. Y la Junta no va a decidir sobre el método de desarrollo de uno u otro empleado. Van a aprobarlo sólo si el desarrollo personal forma parte de una hoja de ruta que va a beneficiar a la empresa.
Para ello, la junta necesita que los datos generales le sean presentados de manera sencilla en informes que no lleven demasiado tiempo. Un método que se ha aprobado en este entorno son los cuadros de mando. Y por cierto los informes literarios, largos y aburridos, no sirven para nada en eso.
Para ser breve: se necesita que los recursos humanos participan en el junto directivos. Y por eso se necesita que salgan del operativo y que se atreven a pensar de manera estratégica. Que no se aferran al operativo, su zona de confort. Es posible si van a recopilar hechos y entregarles a los directivos datos interesantes. Interesantes para el conjunto. Para su toma de decisiones.
Sólo así podrá RRHH dedicarse plenamente al desarrollo de la plantilla, teniendo en cuenta que los efectos que se consigan deberán ser cuantificados. Resulta lógico pensar que la junta directiva querrá supervisar cuáles han sido los resultados del proceso y si los objetivos han sido conseguidos.
Y que tienen en mente que desarrollar a jóvenes es otro proceso y que no se podrá de igual modo a los señores con mucha experiencia. Que ambos necesitan enfoques diferentes para aprender con la máxima eficiencia.
En definitiva, el departamento de Recurso Humanos conseguirá una mejora de las relaciones entre plantilla y directivos siempre y cuando:
- miden y no apuestan;
- elaboren informes personales;
- redacten informes estratégicos que ayuden a los directivos en su toma de decisiones;
- defiendan una visión estratégica de desarrollo individual de cada trabajador dentro de la empresa;
- analicen los resultados de dicho desarrollo;
- tengan en cuenta que los empleados más jóvenes pueden requerir un tratamiento diferenciado de aquellos empleados con más experiencia;
Ser estratégico para influir
Soy consciente de que existen muchas condiciones y aspectos a tener en cuenta. Pero también estoy convencido de que no son tan difíciles de realizar. Sólo se necesitan profesionales que piensen en las personas, en la armonía entre empleados y sus empresas, en la sintonía entre plantilla y directiva. Y que no persistan, como suele ser habitual, sólo en las diferencias.
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